Madrid: Ed. San Pablo, 2008.
Ilustr. de Silvina Socolovsky.
Pues no te lo creas, pero en las fábricas de sopa pasa a veces que, en el momento en que se está fabricando la sopa, la persona encargada de esto sueña, desea o imagina algo de forma tan intensa que las letras de la sopa quedan encantadas y, cuando se cocinan, repiten aquel sueño o aquella historia que el fabricante de sopa pensaba. Hay personas que odian las cucarachas, otras los ratones o las arañas, muchos odian las serpientes y los mosquitos. El protagonista de nuestra historia odia, mejor dicho, odiaba, la sopa. Hasta que un día, gracias a su padre, el mago de la sopa, se dio cuenta de que era posible llegar a amarla. Su padre es capaz de leer las historias que se esconden en la sopa uniendo sus letras, y de este modo su hijo descubre aventuras como la del dragón MacDrake, que partió hacia el País del Hielo para raptar una princesa, atravesando nubes, sorteando tormentas, esquivando rayos …
Valores: Amor, Imaginación, Esfuerzo, Solidaridad, Confianza, Superación, Generosidad.
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